La realidad virtual utiliza visores que, cuando se usan, muestran un entorno virtual que dan la percepción de que uno realmente está allí dentro del espacio virtual. La experiencia se llama inmersión, que se define como el sentimiento de que se está en otro lugar desde donde se está físicamente. Con la adición de controladores de hardware, se puede interactuar con el entorno virtual. Esto puede ser algo simple, como abrir la puerta de un automóvil e inspeccionar el interior, o más complejo, como una experiencia virtual de múltiples usuarios en la que estos, ubicados en diferentes continentes, pueden unirse a una sala de reuniones simultáneamente.

La realidad virtual le permite efectivamente experimentar cosas que no son físicamente posibles, visitar lugares sin estar físicamente allí y experimentar eventos que no se parecen a nada a lo que se haya visto antes. Sólo está limitado por la imaginación.